Derivación ventrículo peritoneal como tratamiento de la hidrocefalia crónica del adulto




Derivación ventrículo peritoneal como tratamiento de la 

hidrocefalia crónica del adulto


La hidrocefalia crónica del adulto (HCA), también conocida como hidrocefalia normotensiva,es una condición neurológica caracterizada por la acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los ventrículos cerebrales. A diferencia de otros tipos de hidrocefalia, en el HCA el líquido no está sometido a una presión elevada, pero su acumulación provoca un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, la marcha y el control de esfínteres.


Síntomas y diagnóstico

Los pacientes con HCA suelen presentar una tríada clásica de síntomas: alteraciones de la marcha, incontinencia urinaria y demencia leve. Estos síntomas son a menudo confundidos con el envejecimiento normal o con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, lo que puede retrasar el diagnóstico. Sin embargo, con estudios de neuroimagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), es posible observar la dilatación de los ventrículos cerebrales característica de esta condición. Para confirmar el diagnóstico, es común realizar una prueba de punción lumbar que permita evaluar la respuesta del paciente tras el drenaje de una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (LCR).


Tratamiento con derivación ventrículo peritoneal

La derivación ventrículo peritoneal (DVP) es el tratamiento más utilizado para la hidrocefalia crónica del adulto. Este procedimiento quirúrgico consiste en implantar un sistema de tubos (catéteres) y una válvula para desviar el exceso de LCR desde los ventrículos cerebrales hacia la cavidad peritoneal, donde se reabsorbe de manera natural.

El procedimiento es mínimamente invasivo y tiene una alta tasa de éxito en la mejora de los síntomas. Una vez implantada la válvula, ésta regula el flujo del LCR, evitando la acumulación excesiva en el cerebro. En muchos casos, los pacientes experimentan una mejoría significativa, sobre todo en la capacidad de caminar y en su calidad de vida en general. Es importante tener en cuenta que, aunque la derivación ventrículo peritoneal no es una cura definitiva para la hidrocefalia, puede controlar eficazmente los síntomas y prevenir el deterioro cognitivo y funcional progresivo.


Complicaciones y seguimiento

Como en cualquier intervención quirúrgica, la DVP conlleva ciertos riesgos. Las complicaciones más comunes incluyen la obstrucción del sistema de derivación, la infección y problemas relacionados con el sobredrenaje o infradrenaje de LCR. Por esta razón, es crucial un seguimiento a largo plazo para ajustar la válvula si es necesario y garantizar el correcto funcionamiento del sistema.


Conclusión

La derivación ventrículo peritoneal es una solución eficaz y segura para los pacientes con hidrocefalia crónica del adulto. Al mejorar significativamente la movilidad y la cognición, este tratamiento puede devolver a los pacientes la independencia y mejorar su calidad de vida. Si presentas síntomas similares a los descritos o conoces a alguien que pueda tener HCA, es fundamental acudir a un especialista en neurocirugía para una evaluación y diagnóstico temprano.








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